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El Premio Nobel 2005 y la Medicina Biológica
El Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2005 acaba de ser concedido a los doctores Barry J. Marshall y a su mentor y maestro J. Robin Warren naturales de Adelaida y Kallgoorlie respectivamente, en Australia.
La Asamblea de los Premios Nobel reunida en el Instituto Karolinska de Medicina de Estolcomo ha valorado que la labor de ambos patólogos en la certificación de que no puede haber inflamación gástrica (gastritis) ni ulceración del estómago y duodeno sin la presencia de una bacteria (Helicobacter pylori) era de tal trascendencia que merecía el premio.
Este descubrimiento ha sido ratificado por técnicas como la endoscopia, la tinción de plata de las muestras histológicas obtenidas y el cultivo de las bacterias en laboratorio mediante técnicas microaerofílicas.
Todo parece muy obvio y por tanto hay que aceptar que puesto que el Helicobacter pylori produce gastritis y úlceras pépticas no pueden estas curarse sin antibióticos.
Sin embargo, la MEDICINA BIOLÓGICA nos certifica en la experiencia clínica diaria, terrenos biológicos en los que se hacen gastritis y úlceras pépticas sin contar en absoluto con la presencia de la bacteria. Más precisamente definidos diremos que estos procesos irritativos gástricos están relacionados con cuadros orgánicos como el ataque enzimático hepático sobre la mucosa gástrica debilitada constitucionalmente (Plenitud de Hígado y Vacío de Estomago).
Otro terreno formador de gastritis supone un bloqueo enzimático en el epitelio, asociado a un frío y debilidad metabólica propios Estancamiento de Qi de Hígado asociado a Frío Vacío en Estómago .
O incluso una tercera certidumbre: Debilidad metabólica digestiva que produce un exceso de mucosidades ( Vacio de Yang de Bazo con Mucosidades-Frío).
Desde luego es posible que en estas circunstancias esté presente la bacteria Helicobacter, pero es obvio que lo importante es la alteración orgánica sobre la que se constituye la agresión bacteriana. Más aún, si corregimos la alteración orgánica la bacteria no actúa jamás. Nunca.
De hecho es posible (o seguro) que todos tengamos grandes cepas de la bacteria en nuestro interior y que vayamos a morir sin tener jamás una leve gastritis.
Entonces, ¿Qué queda de trascendente en esta aportación médica que mereció el Premio Nobel? No lo se. Que cada clínico saque sus conclusiones.
Desde la óptica de la Medicina Biológica y de la M.T.China seguiremos corrigiendo el terreno causal de las gastritis y curándolas, como siempre, sin antibióticos.
Este descubrimiento ha sido ratificado por técnicas como la endoscopia, la tinción de plata de las muestras histológicas obtenidas y el cultivo de las bacterias en laboratorio mediante técnicas microaerofílicas.
Todo parece muy obvio y por tanto hay que aceptar que puesto que el Helicobacter pylori produce gastritis y úlceras pépticas no pueden estas curarse sin antibióticos.
Sin embargo, la MEDICINA BIOLÓGICA nos certifica en la experiencia clínica diaria, terrenos biológicos en los que se hacen gastritis y úlceras pépticas sin contar en absoluto con la presencia de la bacteria. Más precisamente definidos diremos que estos procesos irritativos gástricos están relacionados con cuadros orgánicos como el ataque enzimático hepático sobre la mucosa gástrica debilitada constitucionalmente (Plenitud de Hígado y Vacío de Estomago).
Otro terreno formador de gastritis supone un bloqueo enzimático en el epitelio, asociado a un frío y debilidad metabólica propios Estancamiento de Qi de Hígado asociado a Frío Vacío en Estómago .
O incluso una tercera certidumbre: Debilidad metabólica digestiva que produce un exceso de mucosidades ( Vacio de Yang de Bazo con Mucosidades-Frío).
Desde luego es posible que en estas circunstancias esté presente la bacteria Helicobacter, pero es obvio que lo importante es la alteración orgánica sobre la que se constituye la agresión bacteriana. Más aún, si corregimos la alteración orgánica la bacteria no actúa jamás. Nunca.
De hecho es posible (o seguro) que todos tengamos grandes cepas de la bacteria en nuestro interior y que vayamos a morir sin tener jamás una leve gastritis.
Entonces, ¿Qué queda de trascendente en esta aportación médica que mereció el Premio Nobel? No lo se. Que cada clínico saque sus conclusiones.
Desde la óptica de la Medicina Biológica y de la M.T.China seguiremos corrigiendo el terreno causal de las gastritis y curándolas, como siempre, sin antibióticos.