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Caso Clínico Nº 5. Corazón y anemia v

Elena A. O. (55 años)



Un rasgo de su temperamento, el sobresaltarse y asustarse a la menor impresión, ha llegado a ser tan apremiante que literalmente teme morir por parada de corazón en un próximo susto. Además, los sudores y sofocos, la sequedad bucal y la fatiga al esfuerzo, su pulso débil, completan un cuadro que le ha llevado a varias consultas resueltas con sedantes, sin ningún éxito.
Por otro lado, expresa una pobreza sanguínea que bordea los límites de la anemia tanto en su recuento hemático (4 millones de hematíes por mm3) como en la medida de su hemoglobina. Fue tratada con éxito con BASE-4C, BASE-5 y FA-405.

Comentario: En el capítulo 21 del libro El Otro Paradigma se analizan las emociones básicas sobre las que un ser humano establece su equilibrio mental o su desequilibrio.

Según la experiencia clínica en China MIEDO, TRISTEZA, CÓLERA, ALEGRÍA Y ANSIEDAD moderadamente expresadas constituyen un espíritu libre, solidario, equilibrado y progresista. Además, expresan una información médica que otorga al diagnóstico emocional un valor orgánico puesto que estamos seguros que cada una de estas cinco emociones está asociada a un comportamiento somático preciso y bien determinado que esta lección 21 define.

De esta manera el Miedo o cualquiera de sus formas fóbicas expresan un obvio vacío energético córtico suprarrenal y digestivo (Vacío de Yang) asociado a una disfunción médulo suprarrenal (Vacío de Yin) y con frecuencia a una situación crónica de anemia o preanemia sin las cuales es imposible el episodio de miedo fóbico.

Esta tajante afirmación se detalla en tres terrenos en este capítulo 21 del que hacemos mención y dada la repercusión psiquiátrica que puede tener invitamos a todo terapeuta a un enfoque diagnóstico orgánico preciso tal y como estamos definiendo de cada enfermo fóbico.

Ahora bien, nuestra enferma Elena más que una fobia expresa fáciles sobresaltos pero que no esconden el componente de miedo en su gesto angustioso y en el pavor instantáneo del momento del susto.

En el mismo capítulo 21 se define esta tendencia a sobresaltarse en 5 terrenos que se superponen con los que definen el MIEDO y lo precisan más como un apartado específico dentro de él. Su agotamiento al esfuerzo, su débil pulso, su voz pobre señalan Vacío de Qi y Yang de Corazón.

Su preanemia crónica indica, naturalmente Vacío de Sangre. Sus calores, sofocos y sequedades indican Vacío de Yin.

Se le prescribió BASE-4C para estimular su energía cardiaca. BASE-5 para equilibrar su Yin y FA-405 para tonificar su espíritu que fueron suficientes para inducir mejoría inmediata sobre todo el cuadro.

Esta mejoría supuso no solo la curación inmediata de sus sobresaltos, sino el alivio de la tortura de su fondo fóbico.

En el estudio por síndromes que se hace de la biología de José Ramón se evidencia un Vacío de Qi de Estómago, específico e indiscutible en su atonía y prolapso gástrico certificados, además en su inapetencia y dispepsia, agudizadas en su férreo vegetarianismo. Este Vacío de Qi digestivo marca un terreno muy preciso para la formación de hiperplasia y/o adenoma benigno de próstata que ya el Instituto Insumed precisó en su ficha de A.B.P. incluida en su Catálogo 2001, en el apartado nº 3.

Ahora bien, ¿qué fisiología puede asociar esta deficiencia funcional digestiva con la hiperplasia prostática? La respuesta a esta cuestión supone atender, un tipo de enfermedad prostática que ha sido tradicionalmente mal definida en la investigación básica y que puede ahorrar sufrimientos a millones de hombres. La respuesta está en la debilidad de Yang de Riñón, es decir, debilidad córticosuprarrenal, es decir, debilidad aldosterónica, cortisólica y de los corticoides sexuales.

Puesto que es obvia la asociación metabólica entre corteza suprarrenal y vitalidad digestiva (Yang de Bazo y Yang Renal), se establece en José Ramón una ligazón de ambos síntomas, digestivos y prostáticos. Ya hemos definido el Vacío de Yang como el resultado de una debilidad fisiológica corticosuprarrenal. En ella se expresa, por tanto, una debilidad aldosterónica que justifica su exagerada diuresis y por ende su emaciación. Su debilidad cortisólica y por ende su friolerismo interno y su falta de Qi digestivo. Su pobreza sexual por la debilidad de producción de corticoides sexuales. He aquí el punto en que el metabolismo de la testosterona en su transformación en dihidrotestosterona, que es la sustancia que agrede la próstata en la hipertrofia, puede plantear su acción.

Prescribimos, por tanto, BASE-4, BASE-13B, FA-177 (40, 40, 40 gotas/día).